La licencia de Chevron: la respuesta estadounidense a la permanencia de Tareck El Aissami en el ministerio de Petróleo

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El 26 de noviembre de 2022 fue anunciada la licencia de Chevron bajo la GL 41 (General Licence 41). Después de ver que todavía existe confusión en la aplicación de la misma, hay que explicar las conclusiones de expertos y, más relevante aún, las implicaciones económicas y políticas para los venezolanos.

Fuente ligadas a la industria petrolera revelan que se esperaba que la licencia de Chevron fuese la bala mágica que apuntalara la gestión de Tareck El Aissami para el 2023 y le diese una nueva oportunidad para incrementar la producción y de generar recursos para Pdvsa.

La expectativa era que los billones de dólares que iba a depositar Chevron en las arcas de Pdvsa iban a hacer olvidar los casi tres años de experimentos gerenciales de El Aissami, que incluyen la aprobación y posterior pérdida financiera de cargamentos a empresas de maletín que dejaron de pagar 8.406 millones como lo expuso el periodista Roberto Deniz en Armando.info.

Es de recordar que para el año 2022 la promesa de El Aissami era de incrementar la producción petrolera a dos millones de barriles. Notar que la producción ha caído 170.000 barriles al día desde la entrada de El Aissami en febrero de 2020, y que la producción hoy no pasa de 659.000 barriles al día, según fuentes secundarias de la OPEP. Ya casi estamos en diciembre del 2022. La producción no solo no ha subido en tres años sino que ha caído, aun cuando no la OFAC no ha impuesto ni una sola sanción en dos años a Venezuela.

La esperada licencia de Chevron, GL 41, fue aprobada, pero como ya quedó expuesto en dos artículos pasados, la OFAC y el gobierno de los Estados Unidos diseñaron una caja cerrada para que El Aissami no pudiera dilapidar recursos. La GL 41 mejora sustancialmente las expectativas de Venezuela como país, pero es una respuesta de los reguladores estadounidenses a la permanencia indiscriminada de El Aissami al frente del Ministerio de Petróleo.

La interpretación de expertos y consultores que han trabajado en petroleras internacionales por más de una década es la siguiente: ante la negativa del gobierno del presidente Nicolás Maduro de poner al frente de Pdvsa a una gerencia que no esté identificada con evasión de sanciones y ante una política estadounidense de mejoramiento de relaciones con Venezuela, se emitió una licencia a la medida donde Chevron se lleva sus propios cargamentos, y puede hacer sus propios mantenimientos, pero no dejan que recursos financieros vayan a Pdvsa para que puedan ser malgastados. La responsabilidad de prácticas anticorrupción para los contratos queda con Chevron, que está regulada por SEC y que tiene que cumplir con el FCPA y otras prácticas anticorrupción de Estados Unidos. La implicación práctica es que así se otorguen contratos en Venezuela para las empresas de Chevron, si hubiese algún tipo de irregularidad las fiscalías y el Departamento de Justicia de Estados Unidos tendrían jurisdicción automática.

Por: elnacionalweb.com

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